jueves, 19 de agosto de 2010

Capitulo 1: Mi Vida



Era jueves  11 de febrero, al despertar todo es igual, no existe ninguna sensación extraña o diferente, me parecía un día bastante prometedor, podía observar como el radiante sol entraba de manera exorbitante por mi ventana, adornando ilustremente el día.
Una vez que estuve completamente lista,  con mi cabello peinado aunque suelto como era de costumbre, tome mi maleta y mi reproductor MP3, descendí  de manera lenta por la escalera.
Me senté muy sigilosamente en el comedor para desayunar como cualquier otro día nada fuera de lo habitual, cumplía con mi rutina diaria, mientras permanecía impávida en la mesa mi mama emergió de la cocina, traía consigo, un Jugo de naranja el cual era para mí.  Beberlo seria  muy refrescante dado los días de calor, en su otra mano una tostada, de manera calurosa ella me esbozo una gran sonrisa.
- Buenos Días  - me dijo de manera muy dulce
- Buenos Días Mama, Gracias por el desayuno
- Por favor disfrútalo, me hubiera gustado prepararte algo más, pero como siempre tienes prisa
- Siempre se me hace tarde, no logro  despertarme mas temprano,  lo intento pero es  inútil, igual con esto es más que suficiente, muchas gracias
Desayune disfrutando de cada mordisco y sorbo de mi comida, cuando termine tome el vaso vacío y me dirigí con el a la cocina, allí se encontraba mama, tan tierna y maternal como lo fue siempre, cuando sintió mi entrada giro y me dirigió una alegre mirada, me acerque la tome del rostro y bese su frente
-Adiós mama, que tengas un buen día, perdona que no te eh dedique mas tiempo, pero estoy algo retrasada para el colegio así que tengo que acelerar mi paso si quiero llegar a tiempo
-Tranquila, te entiendo ve y  cuídate mucho, ojala que tu también tengas un excelente día
-Muchas gracias mama, adiós, te quiero
Camino hacia el colegio, en mi ultimo año de escuela, pude notar lo transitada que estaba la calle ese día, no era nada extraño ya que era un pueblo pequeño, solías ver gran flujo de gente a diario, pero sin embargo podía notar que estaba aun mas transitada de lo normal.
Aunque mi razón lo notara, mi cabeza seguía sumergida en profundos pensamientos,  analizaba con satisfacción lo feliz que era, nunca me falto nada, ni mucho menos codicie;  mi vida era realmente acertada y completa.  Mis padres eran felices,  estaban juntos y muy enamorados después de casi 20 años, lucían felices e irradiaban amor a su paso, me pareció siempre increíble la manera tan perfecta en que ellos se complementaban y compaginaban.
Mi hermana de  25 años, era  7 años mayor que yo, ella era una gran compañía diría que invaluable, era como mi psicólogo personal. En ocasiones cuando llegaba a casa hablábamos por teléfono, le contaba lo que me sucedía, lo que sentía, lo que pensaba mientras ella permanecía atenta como si fuera el mas interesante de los relatos, comentando de manera corta algunas cosas; luego de que me escuchara,  me daba su opinión, me aconsejaba y si estaba triste me subía el animo, era vital en mi vida, nos llevamos muy bien, era mi confidente. Pero cuando termino su carrera universitaria se vio obligada a partir a iniciar su propia vida lejos de nosotros, por ello se mudo a Los Ángeles ya que allí le habían ofrecido un gran trabajo  y ella sin dudarlo lo acepto, mas allá de su distancia se comunicaba bastante seguido y hablamos por horas interminables, nos visitaba dos veces al mes y se mantenía en contacto siempre, ahora era feliz con su novio,  con él compartían el apartamento y estaba segura que muy pronto llegaría el fruto de su amor .
Ese día había algo mas que dominaba mis pensamientos, era algo inexplicable lo que atrapaba mis palabras, llegando siempre a una misma conclusión, era feliz , no tenia queja alguna, pero aun así sentía que algo me faltaba, que en algo estaba incompleta, es como esos rompecabezas cuando les falta una pieza por mas que tratas de buscarle la manera correcta siempre se vera ese espacio vacío ¿Dónde  hace falta una pieza? , era una sensación realmente incomoda, porque no lograba comprender que era aquello que sentía que me faltaba.
Sumergida en aquella incógnita, aterrice en la realidad y a la entrada del colegio pude ver a Ana esperándome pacientemente. Ella era mi mejor amiga, y en estos momentos era mi mayor compañía,  era una chica mucho mas alta que yo, de cabello liso, color negro y  largo, delgada,  de rasgos muy finos, era femenina y  delicada.  Realmente  muy distinta a mí,  en cuanto a la personalidad, ella era sumisa, noble, y muy afectuosa. Siempre apoyaba  mis ideas y estaba en cada locura que se me ocurría, siempre tan sonriente y optimista que era difícil no permitirse contagiar.
- Hola, ¿Por qué tu rostro tiene esa mirada perdida? ¿Qué te sucede?
- Hola Ana, no me  prestes atención, solo es  uno que otro de esos pensamientos confusos bailando por mi cabeza
- Bien, pero apurémonos porque estamos llegando tarde a clase y Paul nos esta esperando- sonrió y me tomo delicadamente del brazo.
Cuando ingresamos al salón, pude notar casi de inmediato la enorme sonrisa de Paul del otro lado del salón y pensaba: “¡rayos! pero como no admirar aquella destellante sonrisa si fue la que en repetidas ocasiones me alegro la vida”
-Hola  Srta. ¿Como se encuentra usted hoy?- me pregunto él
- Muy Bien, Muchas gracias, ahora mejor que puedo verte.- conteste
- Como siempre eres  tan afectuosa, robándome de manera irremediable mi cariño.-
- Es la mejor de las recompensas te lo puedo asegurar con sinceridad
- Espero que así sea, porque gran parte de mi cariño le pertenece, espero lo sepa cuidar
- No lo dudes jamás, igual le ofrezco  mi cariño en igual manera
- Seria realmente un honor que me lo  concedería


Me abrazo en cuanto termino de pronunciar la ultima silaba, ahí estaba Paul mi mejor amigo, aquella persona la cual le daba un color invaluable a mi vida, era de estatura media un poco mas grande que yo pero mas bajo que Ana, de unos hermosos y deslumbrantes ojos oscuros y pardos,  su cabello siempre corto y castaño, de seguro que en la mañana no tomaba mucho reparo a la hora de peinarse, pero siempre increíble en su presentación, era realmente agradable verlo y lograba extasiarte cuando sonreía son de esas cosas que logran robarte la atención inmediatamente, era un gran deportista no era de gran musculatura pero si de una gran composición física, estuvo siempre enamorado de una de nuestras compañeras de curso, Jennifer era su nombre, pero ella siempre ignoraba sus galanterías y el corte seductor que usaba Paul cuando estaba cerca pero aun así él era persistente y no se dejaba vencer siempre estaba ahí de nuevo dándole  pelea.
Los tres éramos un trío inseparable, siempre fuimos complementos perfectos, en ocasiones los veía y me parecía increíble contar con dos personas tan maravillosas como ellos.  Cada uno tan especial a su manera, pasábamos tardes enteras sin dejar de reír y hablar locuras, la unión siempre fue una constante entre nosotros, nunca dejaron de apoyarme ni un segundo cuando los necesite. Estaba agradecida de que ellos se hallan cruzado en mi camino,  no sabia que seria de mi existencia sin ellos. Nuestras discusiones no eran muy repetitivas eran algo muy leve y pasaba el enojo muy rápido entre nosotros.
Nos sentábamos en nuestros respectivos lugares en el salón. Al sentarse Ana se escucho una voz muy alegre, que provenía del asiento de al lado
-¡Hola Chicos!
Le respondimos con un gesto amable y una sonrisa, pero Ana lo tomo en sus brazos y lo saludo con un amoroso y pasional beso. Aquel chico era Adam el novio de mi amiga quien nos saludaba con simpatía, era un chico de cabello muy corto y rubio de la misma altura de  Ana  e igual de delgado, era un joven alegre y gracioso de aquellos que siempre tienen que agregar algo muy jocoso provocando carcajadas y risitas en los demás, nunca pude verlo enojado siempre guardaba calma y era muy paciente, todo eso le encantaba a Ana y estaba enamorada de él desde el primer día que lo vio, él no sintió lo mismo en un principio, ya que solo la veía como su amiga, pero con el tiempo pudo notar aquella arrolladora simpatía propia de ella que logro enamorarlo y hoy conformaban una muy linda pareja, mi amiga era muy feliz a su lado.
Estaba Iniciando la clase cuando escuche que alguien pedía disculpas entro  muy sigiloso y se sentó en el único asiento vacío, precisamente a mi lado, cuando levante mi cabeza pude notar con fascinación y encanto que era Taylor, otro de mis compañeros de clase, alto de cabello corto y muy negro, sus brillantes ojos y un profunda mirada llena de dulzura se escondía detrás de sus pequeños lentes perfectamente acomodados, muy serio y ordenado, pulcro y disciplinado, no sonreía a menudo, pero las veces que lo hacia era algo realmente muy extasiante de ver. Sonreía  muy parecido a Paul, podría describirlo como una sonrisa  mágica, pero a la vez tenia algo mas, algo que provocaba serenidad y paz, él era como un monumento delicadamente esculpido, y mas allá de su intelectual apariencia desbordaba sensualidad, no era él mas popular de todos pero si increíblemente hermoso,  lo había conocido al inicio del año y algo en él me provocaba una increíble atracción, nos llevábamos muy bien desde el principio y a decir verdad disfrutaba mucho de su compañía. Me sentía muy a gusto cuando lo tenia cerca, todas y cada una de sus palabras eran muy acogedoras y cuando no estaba, lo extrañaba, porque empezaba a necesitarlo.
Ya que no tenia gran habilidad en el área de química, él me explicaba las dudas que esta me generaban, en  repetidas ocasiones dedicaba mucho de su tiempo a explicarme, debido a esto empezamos a pasar mucho tiempo juntos y a disfrutar el uno del otro así que aquel compañerismo se fue transformando en algo mas fuerte y especial, pero aun así yo había tomado la firme decisión que él tiempo decidiera si debía haber algo mas o dejarlo hasta ahí, por ello no me apure y seguimos siendo muy buenos compañeros.
-Hola ¿como estas? – me dijo-
- Muy bien, ¿Tú  como estas?
Cuando estaba  apunto de responderme su voz fue abruptamente detenida por la de nuestro profesor George Linier de química, si algo odiaba eran estas clases.
-Srta. Emily Johnson, ¿me permitiría usted seguir con mi clase?
- Disculpe profesor no volverá a suceder
Me miro algo incrédulo y pude ver en sus ojos algo de enojo,  el profesor George dio media vuelta y dejo de mirarme con ira.  Cuando retome mi tranquilidad,  dirigí mí mirada a Taylor, quien tímidamente me sonreía.
El resto de la clase siguió su curso normal. La clase se hizo eterna, me parecía  un siglo Aquella mañana había sido más aburrida que de costumbre, hasta que sonó la campana y finalizo la clase, en ese justo momento retome mi conversación con Taylor
-¿Podrías hacerme un gran favor?
- Si esta a mi alcance lo hare sin dudarlo ¿Qué necesitas exactamente?
- Tengo ciertas dudas con algunos temas de la materia ¿Me ayudarías?
- Claro, dime cuando y en donde
- Esta noche si quieres podrías venir a casa
- Discúlpame, pero en la noche me es imposible si quieres por la tarde o mañana pero de noche, no
- Bien, no hay problema, ya habrá tiempo tranquilo, tal vez mañana
- Puede ser, como quieras
- Listo ya se que cuento contigo, muchas gracias....
Aunque le decía que todo estaba bien y que no había problema, sabia muy bien que no era así,  me causaba cierta inquietud la razón por la cual siempre que quise invitarlo a hacer algo ya sea, ir de paseo, estudiar o ir a una fiesta, en la noche solo recibía negativas.  En ocasiones entendía que para él aquello era algo difícil, ya que  estaba acostumbrado a ser muy solitario, no muy afín con practicas como el baile o conversar, era poco sociable y apartado, pero no lo culpaba por ello, era su forma de ser, pero cuando lo conocí en esencia pude notar que era un ser expresivo y emocional  y ya que con el tiempo habíamos logrado confianza al hablar el uno con el otro pensaba que él miedo por salir juntos o ir algún lado ya se había desaparecido y que podríamos hacerlo sin problema. Aun así siempre recibía respuestas  negativa de su parte,  cuando le hablaba de un plan nocturno, esto me causaba cierto grado de curiosidad y desagrado , ya que en repetidas ocasiones me expreso que conmigo se sentía libre de expresar lo que sentía y pensaba, de mostrarse tal y como era pero no entendía porque si era así no podía confiar en mí. El nunca me decía por que siempre me daba una respuesta negativa o por que cuando le sobre esto él solo me daba  innumerables disculpas y evasivas.
El resto del día paso de manera vaga, nada fuera de lo comun.
Cuando finalizo el horario escolar de ese día, partí a mi casa caminando muy rápido hacia ella como si alguien me siguiera pero en realidad era la respuesta a el cansancio que las dudas me provocaban, cuando estuve en casa me acerque a mama, la bese en la mejilla  y luego de comer una manzana, me deslice cautelosamente por la escaleras hasta llegar a mi habitación y de inmediato me recosté en mi cama, casi fue instantáneo el momento en el que caí en un largo y profundo sueño.
Desperté debido al  sonido de un ave revoloteando en mi ventana, al abrir la ventana logre ver a la pequeña ave y el motivo de su histeria una de sus patas estaban atrapada por la rama de un árbol frente a mi ventana, al estirar mi mano logre liberarla y retomo su vuelo casi de inmediato mientras se perdía en el horizonte de la faz de la luna, maravillada me quede por un segundo observando aquella creación, como hubiese deseado gozar de aquel placer de libertad.  De repente escuche los ruidos de unos fuertes pasos y la voz de mi padre desde el primer piso, así que baje rápidamente las escaleras para encontrarle y saludarlo.
Estaba allí recostado en el sillón de la sala, cuando me vio me sonrió, al ver ese gesto de cariño me acerque e inmediatamente lo abrace.
A lo que el respondió acogiéndome con dulzura cual si fuera una niña muy pequeña y delicada, aquella respuesta no fue sorpresa para mi aunque ya era bastante grande él seguía viéndome como su pequeña niña, por lo tanto me mimaba demasiado. Nos sabíamos entender muy bien,  conversábamos a diario de su rutina y de cómo se sentía,  como parte de sus hábitos se sentaba y  escuchaba mi relato de cómo había sido mi día; como me sentía; lo que necesitaba y todo lo que realmente me importaba, estos momentos eran maravillosos para mi, los disfrutaba mucho, pero esa noche en especial lo sentí algo extraño e inquieto
-Papa ¿pasa algo?
- La verdad si, sucede que tengo algo muy importante que contarte, pero no encuentro las palabras para no lastimarte cuando lo haga
- Dime papa, ¿que sucede?
- Tu hermana me llamo hoy desde Los Ángeles, le han ofrecido  trabajar junto a un equipo de ayuda humanitaria en África, y la idea la ha cautivado, ella desea ir, quiere dedicar su labor a los niños de allí, enseñándoles a leer, escribir e impartirles mas conocimientos,  sin una gran remuneración, es una gran labor social y desinteresada, ellos necesitan un maestro y le pidieron a tu hermana que ocupara el lugar de maestra.  Ella luego de analizarlo mucho, con sus propias convicciones a decidido partir con el equipo, será muy duro para ella, al igual que para nosotros tener que irse y dejarnos, más aun sabiendo que desde allí las comunicaciones se hacen muy difíciles debido a la distancia y por ese motivo también no podrá venir a vernos seguido, pero su corazón estará  feliz de desempeñar esa labor y ayudar un poco a esos niños que tanto lo necesitan, por eso espera que la entendamos y apoyemos en la decisión que acaba de tomar
- ¿Entender que papa?, que no consulto su decisión con nosotros y que la tomo ella sola, sin saber que opinábamos, pensábamos o sentíamos sobre ello, y que ahora viene a comunicarnos su decisión, sin importarle que perderé  abruptamente todo contacto con ella. A demás de ser mi hermana supo ser mas que eso, ah sido  mi amiga, mi confidente y uno de los apoyos mas importantes en mi vida, ¿Esperas que supere la ausencia de alguien que quiero tanto?, ¿Que me acostumbre al hecho de que no este, de que la perdí? ¿Eso esperas papa? Lo siento pero no puedo ni entender, ni aceptar su decisión, lo siento...
Como un impulso incontrolable corrí rápidamente hacia la puerta, mientras lo hacia, detrás de mi se perdía el casi nulo sonido de la voz de mi mama preguntándome
¿Dónde iba? , en realidad en ese momento no me importaban sus reproches y mucho  menos estaba para dar explicaciones, necesitaba perderme, sentía la necesidad de escapar,  así que simplemente quería correr y salir de allí de una manera u otra.